miércoles, 19 de diciembre de 2007

El binomio fantástico

El otro día decidí poner en práctica una actividad, El binomio fantástico, que propone Gianni Rodari en su libro Gramática de la fantasía. Introducción al arte de inventar historias. Lo que Rodari propone es, y cito textualmente:
"Así tenemos que «en el principio era la oposición». Del mismo
parecer se nos muestra Paul Klee cuando escribe, en su «Teoría de la
forma y de la figuración», que el concepto es imposible sin su
oponente. No existen conceptos aislados, sino que por regla son
«binomios de conceptos».
Una historia sólo puede nacer de un «binomio fantástico» (...)
Es necesaria una cierta distancia entre las dos palabras, que una sea
suficientemente extraña a la otra, y su unión discretamente insólita,
para que la imaginación se ponga en movimiento, buscándoles un
parentesco, una situación (fantástica) en que los dos elementos
extraños puedan convivir. Por este motivo es mejor escoger el
«binomio fantástico» con la ayuda de la «casualidad». Las dos
palabras deben ser escogidas por dos niños diferentes, ignorante el
primero de la elección del segundo; extraídas casualmente, por un
dedo que no sabe leer, de dos páginas muy separadas de un mismo
libro, o de un diccionario. (...)
En el «binomio fantástico» las palabras no se toman en su significado
cotidiano, sino liberadas de las cadenas verbales de que forman parte
habitualmente. Las palabras son «extrañadas», «dislocadas»,
lanzadas una contra otra en un cielo que no habían visto antes. Es
entonces que se encuentran en la situación mejor para generar una
historia. (...)
Llegados a este punto, tomemos las palabras «perro» y «armario».
El procedimiento más simple para relacionarlas es unirlas con una
preposición articulada. Obtenemos así diversas figuras:
el perro con el armario
el armario del perro
el perro sobre el armario
el perro en el armario
etcétera.
Cada una de estas situaciones nos ofrece el esquema de algo
fantástico.
1. Un perro pasa por la calle con un armario a cuestas. Es su
casita, ¿qué se le va a hacer? La lleva siempre consigo, como el
caracol lleva su concha. Es aquello de que sarna con gusto no
pica.
2. El armario del perro me parece más bien una idea para
arquitectos, diseñadores o decoradores de lujo. Es un
armario especialmente ideado para contener la mantita del
perro, los diferentes bozales y correas, las pantuflas antihielo,
la capa de borlitas, los huesos de goma, muñecos en
forma de gato, la guía de la ciudad (para ir a buscar la leche, el
periódico y los cigarrillos a su dueño). No sé si podría contener
también una historia.
3. El perro en el armario, a ojos cerrados, es una posibilidad
más atractiva. El doctor Polifemo regresa a casa, abre el
armario para sacar su batín, y se encuentra con un perro.
Inmediatamente se nos presenta el desafío de hallar una
explicación a esta aparición. Pero la explicación no es tan
urgente. Resulta más interesante, de momento, analizar de
cerca la situación. El perro es de una raza difícil de precisar."
Bien, les dije a mis estudiantes que debían elegir las palabras, como propone Rodari, con una variante, hicimos varios "binómios fantásticos", en clase eran 5, y después las tuvieron que usar para escribir algo. El grupo estaba compuesto por dos estudiantes chinas, dos holandesas y un estudiante brasileño, el nivel, A1-A2
Este fue el resultado:

Hoy en clase hemos escrito una poesia. Primero hemos elegido estas palabras:
el coche
el gato
deprimodo/a
pequeño/a
nuevo/a
guapo/a
cenar
comer
trabajar
olvidar
Despues hemos usado todas para escribir este poema:


Paco y su gato

Paco es un chico guapo
y tiene un gato
y el gato es muy pequeño
Paco va a trabajar en el coche nuevo
después Paco cena un plato

Paco está muy deprimido
porque olvidó a su gato
mientras comía un rato

Ellos mismos se quedaron sorprendidos de lo que podía dar de sí la simple elección casual de algunas palabras y quedaron bastante satisfechos, al igual que yo, del resultado.
Me parece una magnífica forma de motivar a los estudiantes para esa dificil tarea que es escribir.